Alergias e intolerancias alimentarias: vademécum para la elección del alojamiento

Antes de que veas lo que podemos denominar vademécum para turistas con trastornos de ingestión de alimentos, debemos aclarar un poco en qué se diferencian las intolerancias alimentarias de las alergias.

De hecho, a menudo tendemos a confundir ambas cosas y, aunque existen sitios oficiales donde consultar, la ausencia de directrices específicas hace que a veces se difundan ideas equivocadas. No son completamente unívocos los mecanismos que provocan las reacciones adversas a la comida, ni la sintomatología clínica, ni el diagnóstico ni tampoco los tests utilizados.

Las intolerancias alimentarias, más frecuentes que las alergias, no dependen del sistema inmunitario, de hecho son reacciones provocadas o por los componentes de un alimento (en cuyo caso se habla de intolerancias farmacológicas), o por la falta de una enzima en nuestro organismo que debe metabolizar un componente de ese alimento (intolerancia enzimática), o bien por la presencia de determinados aditivos añadidos a los alimentos. Se manifiestan por medio de síntomas intestinales y rara vez afectan a otros órganos. Las dos causas más comunes de intolerancia alimentaria son la ingesta de lactosa o de gluten.

Las alergias, en cambio, implican al sistema inmunitario, ya que están provocadas por anticuerpos que reaccionan ante determinadas proteínas contenidas en los alimentos.

Aunque se originan por alérgenos ingeridos a través de los alimentos, en la mayoría de los casos se presentan con los mismos síntomas que otras formas alérgicas, como urticaria y picor, hinchazón de los labios y otras partes del cuerpo, obstrucción de la laringe y asma. Las alergias alimentarias pueden surgir tras tomar cualquier alimento, aunque lo más frecuente es que se desencadenen tras la ingesta de leche de vaca, huevos, cacahuetes y frutos secos en general, marisco y soja.

Hechas las aclaraciones previas, veamos ahora qué precauciones has de tener si sufres de alergias o intolerancias alimentarias una vez llegas al alojamiento elegido.

El primer paso debe ser siempre hablar con los propietarios y gestores de restaurantes, bares y otros puntos de venta de alimentos y bebidas. Allí tendrán que darte una información detallada y precisa sobre los ingredientes de los alimentos que vas a ingerir, asegurándote  que los alimentos y bebidas que te sirven no contienen alérgenos.

Es importante que busques establecimientos de restauración que conozcan los diferentes tipos de dietas y qué debe tenerse en cuenta para cada una de ellas.

En el caso de alimentos envasados, debes leer atentamente las etiquetas: la legislación correspondiente debe hacer referencia al Reglamento Europeo nº 78/2014, destacando los 14 alérgenos que deben estar visibles en las etiquetas o que se pueden consultar en dentro del restaurante.

En algunas empresas de alimentación o de catering, te será útil la lista de ingredientes en forma de pictogramas, con su leyenda respectiva, que indican la presencia de alérgenos.

Confía en los establecimientos que ofrecen información sobre intolerancias y dietas especiales tanto en el menú como en el web de la empresa.

Para quienes padecen intolerancia o alergia a la lactosa, puede servirles seguir la tradición kosher: la religión judía separa los alimentos cárnicos de los lácteos, tanto en su consumo como en su almacenamiento, y elaboran numerosos dulces parve (es decir, sin leche ni derivados animales).

Sorprendentemente, la comida kosher sirve también para a otro tipo de intolerancias: si, por ejemplo, tienes problemas con la levadura, el tradicional pan sin levadura, Matzah, es un alimento más que seguro. Sin embargo, ten cuidado si buscas comida para celíacos.

Como nueva frontera culinaria para poder satisfacer el gusto y el apetito sin preocuparte por las posibles reacciones del organismo, busca una panadería o pastelería Kosher que elabore platos parve, donde podrás comer sin preocupaciones productos a base de nata o mantequilla como bollos, croissants, pasteles, galletas, pastelitos, magdalenas, etc., y también puedes inclinarte hacia lo salado, optando por restaurantes cuidadosos y rigurosos a la hora de elegir los ingredientes utilizados para condimentar los distintos platos.

La propagación de nuevas alergias alimentarias hace que cada vez más personas recurran a otras formas de cocina, como la Halal.

Caracterizada por utilizar alimentos que respetan los dictados de la religión musulmana, este tipo de alimentación se asocia cada vez más a los productos ecológicos, vegetarianos y biológicos, sin transgénicos y no basados en los animales.

Dado que está absolutamente prohibido comer lo que está estropeado y contaminado con sustancias ilícitas o impurezas, es una cocina que se adapta a los que sufren intolerancias alimentarias.

Encontrarás muchos restaurantes Halal o aptos para musulmanes por toda Italia.