Aquileia, entre el esplendor romano y los signos del cristianismo
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Situada a unos 40 kilómetros al sur de Údine, en Friuli-Venecia Julia, Aquileia fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO en 1998 por la importancia de su zona arqueológica y la belleza de los mosaicos de su pavimento.
Aquileia es un pequeño y precioso cofre de arte e historia que representa una extraordinaria oportunidad de conocimiento y ofrece una inolvidable experiencia de visita.
Aquileia fue fundada en el año 181 a. C. como colonia romana debido a su situación estratégica entre el puerto y la zona de interior. La historia de Aquileia se consolidó gracias a Julio César, que reforzó la histórica vía romana hacia Nórico. El emperador Diocleciano transformó Aquileia en una de las mayores ciudades del Imperio Romano, dotada de una flota y una ceca.
Verdadera capital del mosaico romano de Occidente, Aquileia se convirtió en la sede de una comunidad cristiana libre de profesar su fe. Desde aquí, gracias al obispo Teodoro, comenzó la evangelización de Istria, los Balcanes y Hungría. Tras convertirse en uno de los mayores obispados de la cristiandad, la ciudad fue durante mucho tiempo la sede del poderoso Patriarcado medieval, que duró hasta 1420 con la República de Venecia y el paso bajo el dominio de la Serenísima.
Qué ver en Aquileia: lugares de la antigua Roma que no hay que perderse
Aquileia es una ciudad de arte que merece la pena descubrir, un tesoro que contiene uno de los testimonios mejor conservados de la antigua grandeza romana. Los hitos de la ciudad están vinculados a los esplendores del Imperio Romano y, para hacer un viaje en el tiempo, hay que empezar por la antigua ciudad romana de Aquileia, situada cerca del centro de la ciudad.
Allí, al aire libre y con entrada gratuita, se encuentra la zona arqueológica en la que puedes pasear entre los restos del foro, el puerto fluvial y los mercados de la antigüedad tardía. Puedes llegar a pie al cementerio romano y visitar algunas domus.
Los preciosos mosaicos descubiertos durante las excavaciones se conservan en el Museo Paleocristiano y en el Museo Arqueológico de Aquilea, a los que deberías dedicar unas horas de tu tiempo.
Debes continuar el viaje por la historia de la ciudad en la Basílica de Aquilea, un extraordinario complejo arquitectónico que muestra signos de varias renovaciones y ampliaciones realizadas a lo largo de los siglos. La verdadera joya de la basílica es el mosaico de pavimento del siglo IV, el mayor del mundo cristiano occidental con más de 750 metros cuadrados de superficie.
El yacimiento arqueológico Domus y Palacio Episcopal de Aquileia es otra de las visitas obligadas. Gracias al trabajo de la Fundación Aquileia, tendrás la rara oportunidad de ver la superposición de niveles del pavimento de diferentes épocas gracias a un hábil juego arquitectónico. Este yacimiento arqueológico es el último que se ha abierto al público.
El billete de entrada a la zona te permite acceder al Baptisterio de Aquilea y Südhalle, que datan de finales del siglo IV. En el centro, puedes admirar la pila bautismal utilizada para los bautismos por inmersión, mientras que la sala sur, conocida como Südhalle, hoy está incorporada a un edificio museístico para proteger su integridad. Allí podrás apreciar el mosaico del pavimento y el precioso mosaico del "pavo real" que, originalmente, decoraba el ábside del nártex.
4 ideas sobre qué hacer en Aquileia
Si estás de visita en Aquileia y te preguntas qué hacer en la ciudad, no puedes perderte las Excavaciones de la cripta, un tesoro subterráneo escondido bajo la Basílica de Santa María Assunta. Aquí se conservan los restos de antiguos almacenes del siglo II d.C., así como los de una domus señorial de la época de Augusto. En el vestíbulo norte te sorprenderán los finos mosaicos de la época de Teodoro.
Mientras estás en la Basílica, no te olvides de subir al campanario de Aquileia, con sus más de 70 metros, para disfrutar de una increíble vista de toda la ciudad y la llanura circundante. Las visitas al campanario solo se permiten en determinadas épocas del año, normalmente entre abril y septiembre.
Aquileia fue un importante puerto desde la antigua Roma y en la parte oriental de la ciudad no te puedes perder los restos del puerto fluvial en la Natissa. Los restos más evidentes se remontan al imperio de Claudio, pero aún se pueden ver vestigios de épocas anteriores, como el adoquinado cerca de las paredes del almacén central.
Qué comer en Aquileia: las especialidades que hay que probar
Los platos típicos de Aquileia están enraizados en la más amplia cultura gastronómica y enológica friulana, con especialidades influenciadas primero por los antiguos romanos y luego por el Imperio de los Habsburgo.
- Merece la pena probar manjares como los arenques con verduras, servidos con polenta caliente.
- Podrás comer las vieiras gratinadas una tras otra, pero si eres vegetariano deberías probar las patatas en tecia con abundante cebolla y panceta.
Si visitas la ciudad entre septiembre y noviembre, no puedes perderte el evento A tavola con gli antichi romani, donde podrás degustar platos que se remontan a hace 2000 años.