Casa Isolani
Nuestro itinerario por los pórticos de la Unesco comienza con los de madera, sin duda más sugerentes.
Ciertamente, el símbolo más representativo de esta categoría es la casa Isolani, del siglo XIII, en la Strada Maggiore. La antigua y esbelta estructura de madera sorprende y fascina, mientras que las famosas flechas incrustadas en el techo siguen avivando leyendas intemporales.
Asimismo, vale la pena visitar otros pórticos de madera muy pintorescos, como los de Via Marsala, o los «beccadelli» del siglo XIV, semipórticos sin columna, como el del palacio de Accursio y el del palacio Ghisilardi-Fava.
Santa Maria dei Servi
Resulta majestuoso el cuadripórtico de la basílica de Santa Maria dei Servi, en la Strada Maggiore, que diseñado a finales del siglo XIV, ostenta el récord de ser el pórtico más ancho de la ciudad.
Via Altabella
Siguiendo con el tema de los Guinness, el palacio arzobispal, en Via Altabella, conserva el pórtico boloñés más alto, con unas arcadas que alcanzan los 10 metros.
Via Senzanome
En este recorrido por los récords no puede faltar una visita al pórtico más estrecho, con sus 95 cm, que se encuentra en Via Senzanome.
El Treno della Barca
Si nos dirigimos a la zona de Barca, a las afueras del centro, nos encontramos con un pórtico realmente singular: el Treno. Símbolo del barrio, este pórtico es la interpretación contemporánea del elemento más representativo y extendido de la construcción boloñesa. El pórtico no es solo un legado del pasado, sino que se convierte en un elemento de continuidad que constituye la identidad de la comunidad urbana, al unir el centro y las afueras.
Pórtico de San Luca
Con 664 arcos y una longitud de casi 4 km, este es quizás el pórtico más conocido e icónico de Bolonia. La larga ruta hacia el santuario de la Madonna di San Luca parte de la puerta Saragozza. Pasando por el arco del Meloncello, el pórtico más largo del mundo sube hasta el monte de la Guardia y la monumental basílica que parece velar por la ciudad.