Resumen
Cuatro imponentes torres, murallas almenadas y grandes ventanales dominan el pueblo de Mesola.
La construcción del castillo, entre 1578 y 1583, favoreció, con el tiempo, la formación de una aglomeración urbana alrededor de la estructura, a medio camino entre una fortaleza y una residencia de lujo, deseada por los Este como «luogo di delizia» (lugar de placer).
La gran finca, que también incluye una gran zona boscosa, fue el testimonio más significativo relacionado con la historia de la recuperación de Ferrara y el esfuerzo realizado por el señorío de los Este en la defensa hidráulica del territorio.
El origen del nombre, presumiblemente derivado de media insula, sería una referencia explícita a la conformación del antiguo asentamiento, situado en una franja de tierra firme en el gran espacio pantanoso formado con el avance de la costa. Testigos de este proceso son las dunas fósiles conservadas en la Reserva Natural Orientada del mismo nombre: nos ayudan a imaginar este territorio antes de la recuperación, aún sumergido bajo las aguas.
El Bosco della Mesola, hoy en día la zona boscosa más grande de Ferrara, fue en su día una gran finca de caza.
El entorno, magnífico y original, es rico en especies vegetales y animales, incluido el ciervo de las dunas, una subespecie que solo vive en estos lugares, y que cuenta con un museo dedicado situado en las salas del castillo.
La «Fiera dell'asparago verde del Delta» (feria del espárrago verde del Delta), la «sagra del Radicchio» (feria de la achicoria) y la tradicional reseña «Sapori d’autunno» (Sabores de otoño) son solo algunas de las iniciativas destinadas a la valorización de estos lugares.
Un territorio único para visitar con calma, tal vez en bicicleta, deleitándonos con la mirada de cada rincón de esta ruta cicloturista que acompaña al gran río en los últimos kilómetros en su búsqueda del mar.
44026 Mesola FE, Italia
