Campigna, el pequeño pueblo de Emilia con un gran corazón verde
Situada entre Florencia y Forlì, sumergido en uno de los parajes naturales más interesantes de la región de Emilia Romagna, Campigna es el pueblo más pequeño, pero más alto, en el valle del Bidente, en la frontera entre Romaña y Toscana.
Lugar ideal para los amantes de la naturaleza en cualquier época del año, Campigna es un destino perfecto.
Ya sea en verano, con el verdor y sus zonas de sombra, entre paseos para descubrir la biodiversidad y paseos a caballo, o en otoño, cuando el color de las hojas cambia a un rojo anaranjado tan codiciado entre los amantes del follaje.
Paseando por la naturaleza
Corazón palpitante del Parque nacional de los Bosques Casentino Monte Falterona y Campigna, creado en 1993, aquí se encuentra también la primera reserva natural integral de Sasso Fratino, nacida en Italia en 1959 y abierta solo a estudiosos con previa autorización.
Por tanto, es fácil suponer que es un área con un gran valor natural, un auténtico paraíso para los amantes de la montaña y la vida al aire libre.
El punto de partida ideal para excursiones y paseos en Campigna es, sin duda, el Punto de información del parque «La villetta». Aquí parte el sendero natural que atraviesa el bosque de abetos de leña y luego el bosque natural de hayas, abetos blancos y tejos.
Si estás en Campigna con la familia, no te pierdas la ruta educativa «Donde los árboles tocan el cielo» a lo largo de la carretera de las Cunachas y el sendero acondicionado muy accesible conocido como «Un sendero para todos... los sentidos».
Con 600 km de senderos, se pueden pasar días maravillosos caminando por la naturaleza, mientras que para los ciclistas de montaña, hay como mínimo 20 rutas para maniobrar.
Pasión por el esquí
Pero Campigna también es perfecta en invierno, con su estación de esquí que comienza a una altitud de 1510 m y llega a los 1650 m. Este lugar ideal para los amantes del esquí alpino y de fondo, así como del montañismo también regala grandes emociones a los excursionistas y a quienes pasean con raquetas de nieve entre los blancos árboles cubiertos de nieve.
Campigna en la mesa
Tras pasar el día en las pistas, entre la pista roja de nivel medio y la pista negra de nivel difícil, o incluso en la pista de bobsleigh y trineo, el paladar también quiere su parte.
Para recuperar fuerzas, Campigna pone en la mesa la mezcla idónea entre Romaña y Toscana, con setas porcini y carne sabrosa, o incluso el famoso queso.
Balneario y relax para todos
Para quienes prefieren relajarse, Campigna cuenta con cerca de tres balnearios. Estamos en Bagno di Romagna, donde las aguas alcanzan los 45°. Aprovecha para darte un baño regenerador al aire libre, con vistas a los blancos picos nevados.