Quinta etapa del Giro de Italia 2023: de Atripalda a Salerno
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Continúa la carrera de la «maglia rosa» a través de Irpinia, en la quinta etapa del Giro de Italia 2023. El miércoles 10 de mayo estamos en Atripalda, una localidad de la provincia de Avellino de orígenes míticos, ya que según la leyenda fue fundada por Sabatio, bisnieto de Noé, de ahí que los primeros asentamientos recibiesen el nombre de Sabathia. De hecho, se encuentra junto al río Sabato.
Fue un asentamiento samnita y luego colonia romana. El nombre actual tiene, en cambio, orígenes lombardos y se remonta a la época en que, en el siglo V d. C., la localidad se independizó de la colonia romana de Abellinum.
A lo largo de los siglos, la localidad ha sido en varias ocasiones lugar de acogida. En ella se refugiaron los exlegionarios del emperador Augusto, que quiso anexionar este territorio romano a Apulia y Calabria. Y aquí se hospedó el rey Manfredo de Suabia, hijo natural legítimo del emperador Federico II, mientras huía de las tropas papalinas que habían ocupado Campania en 1254.
En la orilla izquierda del río se encuentra el área arqueológica de la antigua Abellinum, sobre los restos de una residencia patricia de época griega (siglo II a. C.). En el exterior se puede ver la muralla de época romana y tres hileras de una fortificación de época samnita. En el interior se encuentran las termas y una «domus» de estilo helenístico y pompeyano, además del foro, del que se ha extraído un altar de mármol circular que se cree que estaba dedicado al emperador Tiberio, hoy expuesto en el Museo Irpino de Avellino.
Domina la plaza principal de Atripalda el complejo de la iglesia y convento de San Juan Bautista, construido en el siglo XVI d. C. sobre cimientos romanos.
Digna de mención es también la iglesia de San Ippolisto Mártir, de época tardo-paleocristiana (siglo XII d. C.), pero de aspecto decimonónico, conocida por su cripta, el «Specus Martyrum», la catacumba de los santos mártires, que acoge también los restos de los cristianos asesinados en las persecuciones. La zona está repleta de iglesias y edificios religiosos, que se pueden descubrir gracias a los itinerarios religiosos especialmente dedicados.
Es una tierra de raíces profundas, que además se funden en la tradición enogastronómica, de sabores antiguos y sabios: como el «caciocavallo silano» DOP, que se puede degustar en compañía de una copa de Fiano d'Avellino DOCG, uno de los vinos blancos más apreciados de Italia.
Los corredores afrontarán un recorrido de 171 kilómetros, en el que pasarán por Sant'Angelo dei Lombardi, Oliveto Citra y Battipaglia, para llegar finalmente a la costa.
Una vez llegados a la Costa Amalfitana, es obligada una visita a la espléndida Vietri sul Mare, pequeñísimo municipio patrimonio de la UNESCO, asomado al golfo de Salerno, poblado de casitas de colores, y conocido en todo el mundo por la producción artesanal de extraordinarias cerámicas.
Una vez en la maravillosa Salerno, encontramos una ciudad que se extiende sobre la costa, bañada por el mar Tirreno, y en el interior, hacia las colinas, nos ofrece unas vistas espectaculares y unas sensaciones sin igual, con una mirada y un alma que van desde el mar hasta las montañas cubiertas de una espesa vegetación. Desde el puerto deportivo se puede llegar a los diferentes lugares que se encuentran tanto al norte, en la zona de la Costa Amalfitana, como al sur, en el Cilento, además de las islas encantadas de Isquia y Capri. La costa es una maravilla, con playas de arena que se alternan con tramos de acantilados, capaces de satisfacer cualquier deseo, y cuenta con una amplia oferta para las necesidades más diversas y los distintos intereses, con un mar cristalino como invitado especial.
Los orígenes de Salerno son oscoetruscos (alrededor del siglo VI a. C.). Se convirtió en colonia marítima romana a principios del siglo II a. C. y se expandió durante el imperio de Diocleciano. Con la caída de Roma, pasó a estar bajo el dominio de los bizantinos y de los normandos, en el periodo más floreciente de su historia, en el que pudo expresar su naturaleza acogedora y multicultural, de la que permanece como admirable testigo la catedral primada metropolitana de Santa María de los Ángeles, San Mateo y San Gregorio VII, de estilo árabe y normando, mandada construir por Roberto Guiscardo (siglo XI d. C.) y consagrada por el papa Gregorio VII, exiliado en la ciudad. El campanario, una torre con doce arcos y ocho campanas de diferentes épocas, es un ejemplo de fusión bizantinonormanda. La basílica fue completamente reconstruida después de un fuerte terremoto en 1688 y sufrió varias modificaciones con el paso del tiempo. En la fachada principal, barroca, del antiguo alzado queda la portada, la puerta de los Leones, que recuerda la alianza de Salerno con Capua. El interior está ricamente decorado con frescos de la escuela de Giotto, además de bellísimos mosaicos y esculturas; aquí se encuentran también las tumbas de algunos personajes históricos de gran relevancia, como Ruggero Borsa, hijo de Roberto Guiscardo, caballero normando, duque de Apulia y Calabria, y la reina Margarita de Durazzo, reina consorte de Nápoles.
La cripta, de enorme valor artístico, es un espectáculo para el observador. Completamente pintada al fresco en estilo barroco, en ella se representan escenas del evangelio de san Mateo y algunos episodios de la historia salernitana. Aquí se conservan los restos de san Mateo, patrón de Salerno, colocados en el centro, exactamente bajo el altar mayor de la catedral, y a su alrededor, en dos áreas distintas, se encuentran la capilla de los Santos Mártires y la de los primeros Santos Obispos.
Salerno mantuvo su papel de centro cultural y puerto marítimo del sur de Italia durante varios siglos, con los angevinos y luego con las familias nobiliarias de los Colonna, los Orsini y los Sanseverino. Fueron los terremotos del siglo XVII los que la doblegaron, al reducir drásticamente el número de habitantes a unos pocos miles. Fue protagonista de la unificación italiana y encontró un nuevo desarrollo como parte del Reino de Italia.
Entre los muchos lugares imprescindibles de la cultura salernitana, merece una mención especial el Complejo Monumental de Santa Sofía, que incluye la iglesia y el convento, los cuales datan del siglo XVIII. De estilo neoclásico, acoge cada año exposiciones importantes de artistas como Caravaggio, Van Gogh, Picasso y Miró.
Al recorrer la ciudad, es fácil reconocer las diversas influencias históricas y son numerosos los lugares dignos de mención. Desde el paseo marítimo, la atención la recibe inmediatamente el castillo de Arechi, típica construcción medieval bien conservada, que domina la ciudad y el golfo desde una altura de 300 metros sobre el nivel del mar. Debe su nombre al duque lombardo Arechi II (siglo VIII d. C.), aunque sus orígenes son más antiguos, como lo atestiguan las excavaciones arqueológicas, que fechan sus cimientos en el periodo de la guerra grecogótica (siglo VI d. C.). El castillo se encuentra en un impresionante mirador, rodeado por un hermoso parque con senderos naturales que se adentran en la vegetación mediterránea. En su interior cuenta con un museo.
La cocina de la región guarda secretos transmitidos a lo largo de la historia y se caracteriza por su doble proximidad al mar y a la montaña. Las recetas típicas, de hecho, son tanto a base de pescado como de carne. El título de ganadores del sabor debe atribuirse a los famosos «scialatielli», un tipo de pasta fresca a medio camino entre un espagueti y una «tagliatella» que se debe degustar con la salsa «allo scoglio» y marisco. La «mozzarella» de búfala campana DOP es un placer para la vista y el paladar. Para la fiesta de san Mateo, por otra parte, es tradición cocinar la «meveza», de sabor fuerte, como los pueblos que han habitado este lugar mágico del Mediterráneo, puesto que se elabora con el bazo, el órgano del que proviene la energía vital y la pasión.
El podio de la etapa
Los espaguetis con tomate San Marzano del chef Enrico Croatti, del Moebius, para saborear la Campania
Los espaguetis con tomate San Marzano DOP son un alimento común en muchas tradiciones culinarias regionales, ya que se pueden disfrutar en cualquier momento y en cualquier época del año.