Resumen
Prepárate para la experiencia más envolvente que puedas imaginar.
La suave danza de las llamas que esparcen su estela de luz iluminando la oscuridad de la noche en un poético serpenteo a través de las tinieblas y las chispas de una nueva luz que parecen flotar en el aire al son de las numerosas campanas.
Se trata de la 'Ndocciata que tiene lugar en Agnone, un pueblo de Molise conocido por su milenaria producción de campanas.
El origen de la tradición del fuego que «enciende» la Nochebuena se pierde en la noche de los tiempos. Probablemente procedente de los ritos paganos celebrados con ocasión del solsticio de invierno para iluminar la noche más larga del año, fue retomada por el cristianismo para celebrar la luz que resplandece en las tinieblas. Es muy probable que las majestuosas antorchas se usaran también para iluminar el camino de los campesinos que se desplazaban desde las zonas rurales hasta el pueblo para asistir a la misa de Navidad de medianoche.
Seleccionado para recibir el reconocimiento de Patrimonio Inmaterial de la Unesco, un año más, al atardecer y acompañados por el toque de campanas, los portadores de las antorchas encendidas de los cinco distritos de Agnonesi, vestidos con capas y sombreros negros y ropa de campesinos, desfilarán por la ciudad los días 14 y 24 de diciembre, luciendo sobre sus hombros los 'ndocce de madera de abeto dispuestos en forma de sol.
Una tradición antiquísima que sobrecoge todos los sentidos y despierta emociones difíciles de describir si no se viven en la propia piel: los ojos se embelesan con el salvaje flamear de las llamas, la mente viaja al antiguo tañido de las campanas y un penetrante olor a resina, desprendido de la madera quemada, llena la atmósfera mientras un continuo resplandor danzante ilumina y calienta el rostro en la fría tarde de invierno.
