El recorrido por las especialidades regionales del Carnaval se detiene en la costa de Las Marcas, donde el aroma de las castagnole inunda cada casa. Aquí, en Fano, las castagnole se hornean después de prepararlas con harina, azúcar, huevos y mantequilla y aromatizarlas con ralladura de limón y anisete. Con un núcleo blando y un exterior ligeramente crujiente, las castagnole de Fano son una versión más ligera de las clásicas que se elaboran fritas, sin renunciar por ello al sabor. Espolvoreadas con azúcar glas o bañadas en almíbar y espolvoreadas con semillas de anís, estas esferas doradas a veces se rellenan con natillas, para lograr un bocado aún más delicioso. Perfectas compañeras de estas fiestas, las castagnole son el postre ideal para preparar y degustar en las bodegas del Movimento Turismo del Vino, donde se pueden descubrir vinos característicos de la zona como el Doc Pergola, el Colli Pesaresi o elBianchello del Matauro, que toma su nombre del río homónimo. Un vino fresco y sabroso que, en su versión de vino generoso de pasas, sorprende con notas de miel y mermelada que combinan bien con el dulzor y aroma de las castagnole. Después de un almuerzo, un aperitivo o una degustación guiada en el interior de las bodegas del MTV, continuamos con el descubrimiento de uno de los carnavales más antiguos y característicos de toda la Península. La historia del Carnaval de Fano empieza en 1347, año al que se remontan los primeros escritos sobre la escenificación del palio, aunque sus orígenes parecen entrelazarse incluso antes, con las celebraciones romanas de las Saturnales. Sin embargo, es gracias a la familia Malatesta, una de las más influyentes del Renacimiento, que esta fiesta empezó a atraer a nobles y hombres de letras de toda Europa, adquiriendo la notoriedad que aún la convierte en uno de los carnavales más celebrados de Italia. El corazón de esta celebración son las majestuosas carrozas alegóricas, verdaderas obras de arte en madera y papel maché creadas por las hábiles manos de artistas y artesanos, que desfilan por las calles de la ciudad encabezadas por el Vulón. Se trata de la máscara tradicional, que cada año representa la caricatura del personaje más destacado del momento y que luego es sacrificada simbólicamente con fuego el martes de Carnaval en Piazza XX Settembre. El plato fuerte de la fiesta, sin embargo, es el tradicional lanzamiento de caramelos que cada año reúne a cientos de personas dispuestas a coger el dulce botín con paraguas, bolsas y otras imaginativas herramientas. Entre máscaras de colores, música y una lluvia de dulces, el Carnaval de Fano es una experiencia mágica para la vista y el paladar, imprescindible para quienes quieran sumergirse en las antiguas tradiciones y los sabores identificativos de Las Marcas.