Resumen
Este imponente edificio formó parte del sistema defensivo de la antigua ciudad medieval y aún hoy es uno de los principales atractivos de Monopoli. Hablamos del castillo de Santo Stefano, más conocido como abadía de Santo Stefano. Surgido sobre un espolón de roca anteriormente conocido como Turris Paola, fue construido en 1086 a petición del conde de Conversano, Goffredo. La península en la que se encuentra está rodeada por dos ensenadas, hoy conocidas como las playas de Santo Stefano y Porto Ghiacciolo.
La abadía, que más tarde se convirtió en la sede del monasterio de los benedictinos, tomó su nombre de las reliquias de Santo Stefano, custodiadas allí antes de ser trasladadas a Putignano. Transformado posteriormente en hospital de la orden de San Juan de Jerusalén, pasó en el siglo XIV a manos de los Caballeros de Malta, que lo utilizaron como feudo hasta principios del siglo pasado.
Privatizado en tiempos de Joaquín Murat, hoy es propiedad de la familia de Bellis y sigue siendo un atractivo ineludible gracias a su particular estructura, dotada de murallas, foso, torreón y un sistema de desagüe. Al parecer, antiguamente se accedía a través de un puente levadizo. En su interior alberga dos iglesias: una románica, construida según el estilo federciano, y la segunda rupestre y con una escalera que conduce a la iglesia benedictina original.
Monopoli, Contrada S. Stefano, 70043 Monopoli BA, Italia
