Resumen
La cartuja de Padula, una de las más grandes de Europa
Patrimonio de la UNESCO, nace donde el Tanagro se convierte en río
Padula es un pueblo del Vallo di Diano que se alza en la cima de una montaña, pero su elemento más conocido se encuentra fuera del centro histórico, casi río abajo: es la Cartuja de San Lorenzo, también conocida como Certosa di Padula. Se trata de un extenso complejo de maravillosos edificios que incluye grandes y verdes claustros, patios dedicados al trabajo, la iglesia y todas las estructuras necesarias para la vida de los monjes. Visto desde lejos, su impacto visual es impresionante: es tan grande que roba la escena al pueblo, hasta el punto de que a menudo se toman imágenes panorámicas de Padula desde su interior. No en vano es uno de los más grandes de Europa.
Por qué es especial
Esta ampliación se ha logrado con el tiempo, ampliando gradualmente las estructuras existentes y añadiendo otras nuevas. Por ello, la Cartuja es hoy una combinación de muchos estilos artísticos y arquitectónicos diferentes, que conviven estrechamente, sobre todo en la iglesia. Se puede decir que la Cartuja de Padula es un verdadero libro de historia del arte al aire libre. Un patrimonio tan rico merecía una protección especial y, de hecho, desde 1998 es Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO junto con el Parque Nacional del Cilento, la zona del Vallo di Diano, Paestum y las excavaciones arqueológicas de Velia.
No hay que perderse
La belleza que encierra la Cartuja de San Lorenzo es tan grande que es realmente imposible indicar un lugar más digno que otros, también porque realmente hay para todos los gustos: los aficionados al arte barroco no podrán apartar la vista de los frescos del techo de la iglesia, los amantes de la historia encontrarán una sección de museo con muchos hallazgos arqueológicos de la zona de Padula, y también hay mucho para los curiosos que siempre buscan los detalles más prosaicos de la vida en el pasado: créanos, ¡la cocina es realmente una maravilla!
Un poco de historia
La Cartuja de San Lorenzo se construyó en el emplazamiento de una capilla propiedad de monjes benedictinos, antiguamente dedicada a San Lorenzo, adquirida en 1306 por Tommaso Sanseverino, promotor y financiador de la construcción del complejo monástico, que donó a un grupo de monjes cartujos. Entre los siglos XV y XVI comenzaron las primeras ampliaciones, pero fue entre finales del XVI y principios del XVII cuando se produjo la grandiosa reconstrucción barroca. Gran parte de su riqueza se dispersó bajo el dominio napoleónico, pero parte de ella fue devuelta.
Curiosidades
El nombre de Padula deriva de la palabra latina "paludem", que sugiere que, en el pasado, había un pantano en la llanura que rodea la ciudad. Hoy en día el terreno ha sido saneado, pero sigue existiendo un fuerte vínculo con el agua, ya que es aquí donde el Tanagro alcanza un caudal y tamaño dignos de un río: se dice que lo hace a la sombra de la Cartuja de San Lorenzo.
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