Resumen
Por encima de Tarvisio, a lo largo de la provincial 76 y a pocos metros de la frontera con Eslovenia, el lago del Predil (o de Raibl) abarca una antiquísima cuenca glaciar. Lo alimentan numerosos arroyos que descienden de las montañas de los alrededores, dando a las aguas intensos colores verdiazules. En invierno, el Predil se congela, pero en verano puedes tomar el sol y darte un baño.
El paseo que recorre las costas del lago dura unas dos horas y media. Los caminos de herradura entre hayas y abetos conducen a ruinas de obras militares y a pequeñas calas dominadas por las cumbres de las Cinque Punte, que alcanzan los 1909 metros de altitud. La parte final del sendero pasa entre pinos de montaña y va hasta una cascada que, en invierno, permite practicar la escalada en hielo.
Una leyenda local cuenta que hubo hace mucho tiempo un pueblo, habitado por gente poco altruista donde ahora está el lago. En una dura noche de invierno, nadie parecía estar dispuesto a dar cobijo a una mujer y a un niño que venían de lejos. Solo una familia los acogió, cuidando cariñosamente a la madre y al pequeño. A la mañana siguiente, el lago había cubierto todo, excepto una pequeña isla con la casa de la familia hospitalaria. La mujer y el niño habían desaparecido.
