Resumen
Sulmona se encuentra en el valle del Peligna, dibujada por la confluencia del Vella y el Gizio, a la sombra de la Majella. El sello distintivo de su territorio es la carretera de los Apeninos, que va desde L'Aquila hasta Roccaraso e Isernia. Para conocerla, te recomendamos un paseo por el Corso Ovidio, dedicado al poeta latino, el más ilustre de los ciudadanos sulmoneses. Al corso se asoman las iglesias y los palacios que dan la imagen de una ciudad con un pasado ilustre desde la Edad Media. El monumento más representativo es el complejo de la Annunziata: la iglesia, del siglo XVIII, y el palacio, goticorenacentista, en el que se encuentra el Museo Cívico y del Traje.
La tradición del arte de la orfebrería viene de antiguo, en particular la elaboración de la filigrana y la confitería, que se expresa en composiciones decorativas únicas en su género. Pocos kilómetros al norte de la ciudad se encuentra la Badia Morronese, complejo monástico fundado en el siglo XIII por el futuro papa Celestino V.
